25-05-2021 ANCCE
Hace unos escasos días, ANCCE publicó su número 256 de la Revista el Caballo Español. De nuevo la revista presenta un amplio repertorio de artículos muy interesantes. Uno de ellos es la apasionante historia del estribo.
«Durante el siglo II a.C., en la meseta del Decán, en La India, se empezaron a utilizar cuerdas lazadas para afrontar la laboriosa misión de subirse a los caballos. Se rodeaba el torso y con las manos se apretaba la soga contra la parte superior del lomo, de manera que se podía introducir el dedo gordo del pie desnudo en el lazo para ascender con facilidad.
Debido a un proceso de difusión cultural ligado al establecimiento de rutas comerciales con la India durante el reinado de los Han en China y a diferentes incursiones de los heftatitas en India, este “protoestribo” se expandió por Asia. Durante este proceso, la cuerda lazada se acortó para incorporar el lazo a la montura. Junto a esto, debido a las bajas temperaturas del norte de China y de las estepas orientales, se empezó a lazar la cuerda alrededor del calzado para mantener recubierto el pie de los jinetes. Finalmente, se eliminó la parte de cuerda que enroscaba el pie, de forma que era el mismo calzado el que, a través de la soga, permanecía unido a la montura. Así, ya no solo servía para subirse al caballo, sino que también era un elemento estabilizador durante la monta.
Los primeros estribos de los que tenemos prueba material son del siglo IV y han sido encontrados en China. Son piezas de bronce y hierro fundido con forma de triángulo y media luna «